Sibylla, es el nombre que Italo y Miriam
pensaron para mí y me agrada, pues no es realmente
un nombre personal, sino que representa una mujer que prende
el futuro. Todo un nombre para una tarotista.
Rosario
Abarzúa de la Cerda. Mi amor por la
música se fue gestando mucho antes de mi nacimiento.
Mi padre, músico autodidacta, y mi madre una
aficionada amante de la guitarra y de la música
popular, fueron quienes más influyeron en este
camino desde que recuerdo. A las once años (1989)
ingresé al coro de niños de la Universidad
de Chile y con el cual, entre otras cosas, participamos
en la obra ‘Pasión según San Mateo’ de
J.S. Bach. Desde ese día las cosas quedaron
bastante claras. Así, cuando salí del
colegio postulé al Instituto de Música
de la Pontificia Universidad Católica de Chile
y quedé seleccionada en canto lírico
(1997-98). Luego de de un semestre de reflexión
decidí estudiar fonoaudiología (relacionado
absolutamente con al música). Primero tuve que
pasar por el Bachillerato de la Universidad de Chile
donde conocí a Italo (Vitulus), quién
me escuchó en una presentación con otro
grupo de música,”Lir”, de estilo
céltico, y me invitó a audicionar para
participar en el Calenda Maia. Después de “intensas” deliberaciones
por parte de los integrantes me permitieron participar...
y aquí estoy,
disfrutando del encuentro.
"Tengo pocos recuerdos de cuando empezó todo. Recuerdo estar en un suelo frío durante una eternidad. Un hombre alto, de expresión muy dulce me tomó entre sus brazos. Me llevo a un lugar silencioso, tranquilo con decenas de mujeres en él. Tenía mucha hambre, pensé que iba a morir. Por primera vez sentí el pecho de una mujer entre mis labios y probé el maná. Mis ojos dejaron de gotear y mi cuerpo de tiritar. Un calor muy grande me recorría entera. Toqué las profundidades de mi miseria y fui bendecida por la Madre Naturaleza... mi llanto siempre ha parecido un canto melancólico que atrae a los otros y es por esa razón que aún estoy aquí. Consciente de mi pasado, renacía a lo nuevo.
Esta tribu de mujeres que me acogió son mis antepasadas. Su arte es la intuición que permite comprender las cosas más allá de lo evidente y la razón. Entiendo que en la medida que acepto mi condición, la vida fluye con fuerza por mi sangre ardiente, que llega a mi corazón y se vierte hacia el mundo, hacia esta maravillosa experiencia, este milagro.
La disciplina y la meditación adquirida me han permitido Ver. No soy una Visionaria ni del pasado ni del futuro... estoy Aquí y Ahora en el presente, observante de los acontecimientos y de como estos influyen en mi organismo. Es una experiencia tan viva que a veces me duele el cuerpo, una experiencia de dicha total (ananda). He tenido experiencias sublimes, que he suplicado con furia al Todo Poderoso tener para comprender lo incomprensible, y El se me ha revelado de formas que jamás habría soñado percibir. Mi materia es de esta tierra, pero mi espíritu de otras muy lejanas...de oriente.
Con el tiempo, mi necesidad y ferviente deseo de crecer aún más en el conoscimiento-experiencia del Espíritu me llevaron a parajes insospechados. Conocí a una hermosa hermandad luminosa y viva, pero yo no estaba lista para unirme a ellos. Tuvieron que pasar años, muchos momentos de dolor, dicha y entrega para un día re-encontrarlos, mientras le lloraba amargamente al inmenso oceano. Ellos me invitaron a subir, y aunque estaba aterrada, tomé mis piedras, mi manto y me aventuré a seguirlos. Ahora ellos son mis hermanos de viaje ... me han enseñado a reir y gozar... practicamente sólo sabía llorar. Mi corazón cada día se vuelve más grande y generoso.
Soy una aprendiz de sibylla guiada por una fuente interna de Conciencia que se renueva día a día, y estoy profundamente agradecida".
Instrumentos
que toco en el conjunto: Voz, Coro, campanas, tiple, percusiones menores.
Año de ingreso al conjunto: enero del 2001